
El 12 de mayo de 1898, a las 5:17 de la madrugada, barcos de guerra de los Estados Unidos abrieron fuego de cañones contra las fortificaciones militares españolas de El Morro y San Cristóbal y contra los habitantes de la ciudad de San Juan.
Sobre la población civil puertorriqueña— que obviamente no era beligerante— cayó un verdadero aguacero de bombas. Proyectiles de distintos tamaños impactaron dieciocho residencias en siete calles, el Asilo de la Concepción y muchas otras estructuras. Cuatro civiles murieron y dieciséis quedaron heridos. “El espectáculo— según testigo de los hechos— era doloroso: ancianos, enfermos, cojos con sus muletas, ciegos a tientas y sin lazarillos, madres con sus hijos de las manos y en los brazos los mas pequeños, todos huían en abigarrado tropel, como un rebaño que se desbanda… Dos infelices mujeres dieron a luz en las cunetas del camino… otras huyeron en ropas menores, casi desnudas.”
Sin que mediara provocación o aviso, o ninguna otra consideración humana, las fuerzas armadas de los EEUU ejecutaron su primer acto terrorista en contra de los puertorriqueños. El bombardeo de la ciudad de San Juan no fue otra cosa que el prólogo a la invasión y ocupación militar de Puerto Rico por los EEUU, motivada por la evolución de este último en país imperialista.
A 125 años de dicho acto terrorista y de la implementación del criminal sistema colonial en la Isla, los comunistas declaramos que Puerto Rico es una nación intervenida militarmente por los EEUU y que por lo tanto, su liberación no se logrará mediante elecciones coloniales, ni mediante el financiamiento que se reciba del exterior, sean fondos provenientes del imperio o de las ONGs. Esto se logrará mediante la guerra popular prolongada de la clase trabajadora liderada por un Partido Comunista Revolucionario.
Bibliografía:
Noya, Carlos “La libertad como necesidad”, Incahieque, 2005
Rivero, Angel “Crónica de la Guerra Hispano Americana en Puerto Rico», Plus Ultra, 1973
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