
En el 137 aniversario del Día Internacional de los Trabajadores y Trabajadoras, Primero de Mayo, reivindicamos a los Mártires de Chicago, trabajadores reprimidos en 1886 por la maquinaria represiva del Estado y recordados por los revolucionarios del mundo por su lucha a favor de la jornada de ocho horas. A partir de ese gran suceso, la Segunda Internacional Socialista de Trabajadores declaró en 1889 el Primero de Mayo como el Día Internacional de los Trabajadores y por eso se celebra en el mundo entero.
Este es un día de lucha, solidaridad y denuncia de los problemas que confrontamos como clase trabajadora a nivel mundial. Nuestras consignas, “la lucha obrera no tiene fronteras” y “la clase obrera no tiene fronteras”, hoy son más vigentes que nunca dado el clima bélico que se está dando con la rivalidad inter imperialista en las guerras actuales. Recordando la cita de Lenin “Guerra a la guerra”, durante la Primera Guerra Mundial en denuncia a los social demócratas quienes apoyaron a la burguesía nacional de sus países de origen subordinando el internacionalismo proletario a los intereses nacionales burgueses, hoy, como Lenin, afirmamos: “Guerra a la guerra”, guerra contra la clase opresora nacional, capitalista e imperialista.
Nos acercamos a una tercera guerra mundial provocada por los países imperialistas de la OTAN (Organización Terrorista Alianza Nazi), en la cual la clase trabajadora mundial sufre las consecuencias con inflación, escases de alimentos, el alto precio de combustibles, destrucción de sus entornos lo que hace imposible la vida. Estas instituciones internacionales, incluyendo la ONU, han sido coaptadas para defender los intereses de los países imperialistas, la Unión Europea y EEUU en Sudán, Irak, Irán, Libia, Siria, Palestina, Cuba, Venezuela, Haití, entre otros, en lugar de velar por la paz, la conciliación y la armonía entre países del mundo.
Contra el capitalismo, imperialismo y colonialismo
El mal de fondo de todos estos problemas mundiales es el sistema capitalista, ejercido por los países imperialistas y ejemplificados en las más encarnizadas prácticas como son las invasiones, guerras imperialistas y en nuestro caso, Puerto Rico, el colonialismo.
Estados Unidos justifica la intervención de la OTAN en apoyo a Ucrania debido a que fue invadida por Rusia militarmente. Sin embargo, Puerto Rico sigue siendo una colonia militar invadida desde hace 125 años por EE.UU. Desde entonces, el país que dice ser el campeón de la democracia nos mantiene bajo un vergonzoso sistema opresor y de explotación. ¡El colmo de la hipocresía! El ejemplo más crudo del coloniaje en Puerto Rico es el gobierno no electo y que representa los intereses de Wall Street y Washington: La Junta de Control Fiscal. La imposición de esta junta dictatorial, venida mediante la Ley PROMESA ha representado para la clase trabajadora y el país solo pobreza.
De otro lado, la Junta de Control Fiscal continúa con el empeño de sostener la reforma laboral patronal, que junto a la pérdida de pensiones, la reducción de fondos a la UPR, y la crisis económica que nos persigue desde hace más de una década, afectan a la clase trabajadora, agudizando la difícil situación. La insistencia del gobierno colonial en mantener el contrato de LUMA, siete alzas consecutivas en la factura de la luz, y la nueva contratación de Genera PR a cargo de la operación y mantenimiento de la generación de la AEE, es una burla y atentado contra los trabajadores y pensionados.
Señalamos, además, dos servicios esenciales como son la educación y la salud. La salud es un derecho humano fundamental, pero en Puerto Rico los servicios de salud y medicamentos están sujetos a los vaivenes de los mercados y los intereses de los dueños del capital y de las aseguradoras. En el caso de la educación, ésta ha sido diseñada para perpetuar las diferencias entre ricos y pobres. El sistema educativo es uno segregado que tiende a reproducir las desigualdades sociales.
De igual forma, el problema de seguridad en nuestro país es intolerante. Cientos de jóvenes, de familias pobres y comunidades marginadas, mueren cada año asesinados en las calles como consecuencia del imparable trasiego de drogas. Este es un problema creado por el sistema y que tiene profundas raíces socioeconómicas y políticas con la intención de pacificar y descarrilar el avance de las luchas sociales. Los feminicidios, cada vez más en ascenso, es una violencia aprendida surgida del sistema patriarcal capitalista despiadado que ve en la mujer un objeto de su pertenencia, no se elimina con declaraciones de estados de emergencias si no viene acompañado de una educación sobre la equidad y perspectiva de género, prevención y activismo a favor de una sociedad igualitaria entre los hombre y las mujeres.
Convocamos a la clase trabajadora a seguir en la lucha contra el capitalismo explotador, fascista, patriarcal, racista, machista, homofóbico. Solo la unidad de la clase trabajadora y la lucha por el comunismo nos librará de la explotación.
¡Ni guerra entre naciones, ni paz entre clases! ¡Que viva el comunismo! ¡La clase obrera no tiene fronteras! ¡La lucha obrera no tiene fronteras! ¡Todo el poder a la clase trabajadora!

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