
Ha muerto uno de los tantos traidores de la vieja URSS, comenzando con Kruschov, Brezhnev y este último, Gorbachov. Los tres se destacaron en su lucha contra la era de Stalin, comenzando con Kruschov en el 20 y 22 Congreso (Discurso secreto de Kruschov) de acusar a Stalin de haber cometido crímenes contra la humanidad y ser responsable de la muerte de millones de personas, de la hambruna y de la creación del culto a la personalidad. Kruschov reivindicó a todos los acusados confesos traidores, trostkistas, criminales, nacionalistas, kulaks, colaboradores con los fascistas y fueron liberados por este, creando luego una comisión que jamás pudo probar la culpabilidad de Stalin por esos crímenes. Esa política anti “estalinista”fue continuada por Brezhnev y luego por Gorbachov. Para los años 80 Gorbachov creó otra comisión exclusivamente para encontrar, igual que Kruschov, la culpabilidad de Stalin en los crímenes anteriormente mencionados. Esta comisión concluyó que no había tales pruebas en los archivos secretos de la URSS. Igual que Kruschov, Gorbachov colaboró y ayudó a perpetuar la ideología anticomunista de la inteligencia y la academia burguesa. Esa criminalización de Stalin ayudó a perpetrar la idea de que el comunismo es igual a fascismo y esto dio base para crear una propaganda global anticomunista que perdura hasta nuestros días. Los ataques comenzaron contra Stalin y terminaron con Lenin y la URSS.
Gorbachov representa el último clavo puesto en el ataúd de los países que integraron el bloque socialista. La caída de la Unión Soviética no vino como resultado de fuerzas externas, sino de una combinación de las contradicciones internas y externas por la política populista nacionalista de Gorbachov en querer crear una economía de mercado libre. Esto conllevó a una lucha interna que culminó con la victoria de los sectores nacionalistas anticomunistas revisionistas, gracias al apoyo de George Soros, Mandel y otros traidores. El mundo estaba dividido en dos super potencias: el imperialismo yanqui y el social-imperialismo soviético. La derrota de la URSS logró el avance hacia la derecha (fascismo) en el mundo. Gorbachov logró, con fraseologías “liberadoras y reformistas” como perestroika (transformación), glasnot (transparencia), novoye mishleniyia (nuevo pensamiento) ganarse la simpatía de muchos países e “intelectuales de la izquierda” internacional, liberales y supuestos progresistas con el apoyo de los partidos comunistas revisionistas pro soviéticos. Esto fue apoyado por diferentes instituciones y organizaciones no gubernamentales, conocidas como ONG, como por ejemplo Solidarity de Polonia, entre otras, que sirvieron de escudo para el servicio de inteligencia norteamericano(CIA) y el MI5, el servicio de inteligencia de Inglaterra.
Gorbachov fue para la academia, los socialdemócratas y los liberales un gran líder humanitario que se ganó el Premio Nobel de la Paz a costa de la traición a la clase trabajadora internacional. Hay aquellos, tales como Ernest Mandel, dirigente de la Cuarta Internacional, quienes vieron en Gorbachov y en Yeltsin a grandes revolucionarios, una vez mas confirmando la traición del revisionismo anticomunistas y el trostkismo. Dice Mandel: “ahora pueden ver todos los Comunistas del mundo quienes son los verdaderos revolucionarios y contrarrevolucionarios. Trotski y los trotquistas, Gorbachov y los seguidores de Gorbachov se encuentran en el campo de la revolución, Stalin y los estalinistas están en el campo de la contrarrevolución.” Solo para la burguesía internacional ha sido una pérdida la muerte de Gorbachov. Para la clase trabajadora internacional, Gorbachov representa la traición a esta clase y al comunismo. Le deseamos un buen viaje a su destino final y un buen encuentro con Kruschov, Brezhnev, Ernest Mandel y Trostky. Si existe un infierno, esperamos que estén ardiendo en la llama eterna.
¡Qué viva el comunismo y el internacionalismo de la clase trabajadora! ¡La lucha obrera no tiene fronteras! ¡La clase obrera no tiene fronteras!
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