LUMA y el gobierno capitalista colonial: responsables de la crisis energética

Lo vendieron como la panacea a nuestros problemas con la energía eléctrica, pero lo cierto es que a un año de LUMA seguimos siendo rehenes de los capitalistas dueños del cartel del petróleo, tanto doméstico como del imperio, cuyo único interés sigue siendo el lucro y la explotación.

La situación ha ido de mal a peor. La fragilidad del sistema eléctrico y la dependencia del petróleo expone a la clase trabajadora tanto a las fuerzas naturales (temporada de huracanes) como a la explotación organizada por el cártel de compañías petroleras. El Huracán María y la serie de terremotos en el sur, años antes de LUMA, demostraron esta fragilidad y cómo el sistema se puede caer por meses y hasta por años sin ser reparado. El más reciente aumento en precios de la luz y gasolina son ejemplos de la dependencia del petróleo y de la vulnerabilidad del mercado internacional a la escalada de precios organizada por el oligopolio de las compañías de petróleo.

Desde la contratación de LUMA en julio de 2021 hemos visto 7 aumentos distintos (y otros pendientes) en el costo de electricidad, aumentando a más del doble en Puerto Rico y del costo promedio de EEUU. Ninguna de estas alzas fue acompañada por una mejoría en calidad, servicio ni en infraestructura energética del país. LUMA y el gobierno han demostrado la ineptitud del sistema colonial y que sus intereses están en las ganancias y no en las necesidades de la clase trabajadora.

En una sociedad verdaderamente justa y “democrática” la ciencia debe estar al servicio de las masas trabajadoras quienes son las que producen las riquezas. La tecnología de la electricidad, como parte de ese desarrollo científico debe estar al servicio de la humanidad y ser considerada como un derecho humano universal, pues es instrumental para el ejercicio de otros derechos fundamentales necesarios para el desarrollo. La electricidad, así como otros servicios públicos esenciales (salud, educación, agua, etc.), por estar en manos de una élite capitalista monopolista, no permite el acceso a estos servicios públicos de una forma contínua y productiva por que está sujeta a las acciones de las empresas e intereses petroleras ante la variación en los mercados, afectando el precio de los servicios. Una vez más se demuestra que el sistema capitalista prima los intereses económicos de una minoría (la élite) por encima de los intereses de las mayorías (la clase trabajadora).

Es urgente reclamar y defender el derecho a la energía eléctrica, no como una simple mercancía, sino como un derecho humano y fundamental. Para esto exigimos:

Que se cancele de inmediato el contrato de LUMA, aun sabiendo que esto es un problema más allá de LUMA y que meramente con la cancelación del contrato no se va a resolver el problema.

Tampoco se trata que regrese la prestación de servicios energéticos a manos de una AEE corrupta e ineficiente como antes, sino que se instaure un sistema energético que responda a los intereses de la clase trabajadora y de los sectores pobres y humildes, basándose en que la energía eléctrica es un derecho universal y no un negocio. Que sea un sistema no hostil al medio ambiente, basado en energía regenerativa y compatible con nuestro clima y temporadas.

Que se instaure una comisión de representantes compuestos por trabajador@s y consumidor@s con voz y voto en la toma de decisiones en torno a este tema.

Estamos conscientes de que la Junta de Supervisión Fiscal no representa los intereses del pueblo trabajador y que no es otra cosa que un instrumento al servicio de Wall Street y Washington para saquear al país, por lo que exigimos su inmediato retiro de nuestra tierra.

El gobierno colonial, a sabiendas, ha sido negligente e indiferente a este problema cuando se sabe que en otros estados se han implementado programas gratuitos y subsidiados por el gobierno federal e industrias privadas utilizando energía renovable, como placas solares entre otros. Pero en Puerto Rico, conscientes del nivel de pobreza y de que el costo de consumo de energía es más caro que en esos estados, y teniendo más acceso a la energía del Sol, se nos han negado esas alternativas por tal de proteger y preservar los intereses del cártel que controla el mercado y la industria energética de Wall Street y PR. ¡Hipócritas y oportunistas!

El problema fundamental de Puerto Rico es que vivimos en un sistema colonial capitalista que fomenta el lucro, la corrupción, la explotación, y todos aquellos males basados en la desigualdad que ocasiona este sistema. Por eso es necesario abogar y luchar por un cambio radical que solo será posible en una nueva sociedad basada en la igualdad y los intereses de la clase trabajadora, quienes somos los que producimos las riquezas. Esto se logrará con el desarrollo de una vanguardia obrero-estudiantil guiadas por los preceptos del marxismo-leninismo. Es necesario un Partido Comunista Revolucionario que pueda darle dirección y cohesión a las luchas con el fin de acabar con todo tipo de opresión. La victoria está en la calle y no en los tribunales ni en las urnas. ¡La lucha obrera no tiene fronteras! ¡La clase obrera no tiene fronteras! ¡Viva el internacionalismo proletario! ¡Que viva el Comunismo! ¡Que viva Puerto Rico Libre y Comunista!