¡Por un mundo libre de explotación! ¡No a las guerras imperialistas-capitalistas! ¡Muerte al fascismo!

Un saludo revolucionario comunista e internacionalista de parte de Trabajador@s y Estudiantes Comunistas por el Cambio Social en la conmemoración del 136 aniversario del Día Internacional de los Trabajadores y Trabajadoras, Primero de Mayo. Este día reivindicamos a los Mártires de Chicago, luchadores reprimidos en 1886 por la maquinaria represiva del Estado y recordados por los revolucionarios del mundo por su lucha a favor de, entre otras conquistas, la jornada de ocho horas. A partir de ese gran suceso, la Segunda Internacional Socialista de Trabajadores declaró en 1889 el Primero de Mayo como el Día Internacional de los Trabajador@s y por eso se celebra en todo el mundo.
En un mundo tan convulso por guerras imperialistas, recobra mayor importancia la solidaridad de la clase trabajadora para librarse del yugo explotador del sistema capitalista. La guerra actual entre Ucrania y Rusia es un ejemplo de que no podemos caer en la trampa de defender un explotador por otro. Ni Zelensky en Ucrania, ni Putin en Rusia, representan los intereses de la clase trabajadora.
En esta guerra de la OTAN (Organización Terrorista Atlántico del Norte), y de EEUU y la UE, apoyamos las acciones de nuestros camaradas comunistas de Grecia, quienes dieron un ejemplo de solidaridad y de la fuerza de la clase trabajadora, cuando bajo las consignas de “No a la OTAN”, “Alexandropolis, el puerto del Pueblo”, detuvieron el envío a Ucrania de equipo militar por parte de EEUU y la OTAN, bloqueando la ruta de los trenes a la salida del puerto de Alexandropolis en el norte de Grecia. Los comunistas nos oponemos a las guerras imperialistas y nos afirmamos en la lucha contra el fascismo y el fascismo no es otra cosa que el capitalismo en crisis. La única guerra justificable es la guerra de la clase trabajadora contra la explotación. Solo el internacionalismo de la clase trabajadora podrá librarnos de la explotación de todo capitalista.
En Puerto Rico llevamos 524 años de explotación, esclavitud y colonización. El imperio yanqui, con sus lacayos coloniales y la Junta de Control Fiscal criminal que nos aplasta -quienes representan los intereses de Washington y Wall Street-, mantienen al país cada vez más empobrecido mientras se permite la llegada de inversionistas millonarios extranjeros a apoderarse de nuestros mejores recursos naturales y riquezas. Una muestra de esto es cómo la naturaleza corrupta del sistema capitalista, permite el crimen ambiental en Bahía de Jobos en Salinas. Las instituciones supuestas a proteger el ambiente han sido cómplices de la barbaridad cometida, permitiendo la destrucción a mansalva del ecosistema. Se evidencia, una vez más, la doble vara del sistema capitalista y sus representantes, quienes se han hecho de oídos sordos y la vista larga, y han buscado cuanta pretexto se les ha ocurrido para no desahuciar y procesar a los involucrados, dentro de los que se encuentran jueces, abogados y personajes prominentes. Sin embargo, si se tratara de las comunidades trabajadoras rescatando terrenos para gestionarse una vivienda digna, de inmediato se les tildaría de invasores y se movilizaría todo el aparato represivo del Estado, como fue el caso de la comunidad Villa Sin Miedo, desalojada y destruida a mansalva en 1982, bajo el gobierno del corrupto y asesino Carlos Romero Barceló.
De otro lado, se continúa con el empeño de sostener la reforma laboral patronal, que junto a la pérdida de pensiones, la reducción de fondos a la Universidad de Puerto Rico, y la crisis económica que nos persigue desde hace más de una década, afectan directamente a la clase trabajadora, agudizando la ya difícil situación económica y calidad de vida. La insistencia del gobierno en mantener el contrato de LUMA, a cargo de administrar la industria más importante para mantener viva la economía, es una burla y falta de respeto a nuestro pueblo trabajador. Seis alzas en menos de un año por un servicio pésimo e ineficiente y que es tan necesario para la vida misma.
Así mismo podemos señalar dos servicios esenciales necesarios para lograr una sociedad justa y equitativa: la educación y la salud. La salud es un derecho humano fundamental. El problema es que un sistema de salud basado en principios y relaciones capitalistas tiende a mercantilizar este derecho. En Puerto Rico los servicios de salud y medicamentos están sujetos a los vaivenes de los mercados y los intereses de los dueños del capital y de las aseguradoras. En el caso de la educación, ésta ha sido diseñada para perpetuar las diferencias entre ricos y pobres, y la concentración de las riquezas y el poder en las manos de unos pocos. El sistema educativo de Puerto Rico es uno segregado que tiende a reproducir las desigualdades existentes. La educación de calidad no puede ser una mercancía que solo la obtiene el que la pueda pagar. Esto lo que hace es reproducir las sociedades de clase del sistema capitalista donde unos son educados para ser líderes empresarios o políticos y otros para ser la mano de obra. En otras palabas, el sistema educa a unas personas para desarrollar unas características y destrezas de liderato, mientras a otros los educan para recibir órdenes y ser la clase trabajadora.
De igual forma, el problema de seguridad en nuestro país es ya intolerante. Cientos de personas, en su mayoría jóvenes, de familias pobres y comunidades marginadas, mueren cada año asesinados en las calles como consecuencia del trasiego de drogas. Este es un problema con profundas raíces socioeconómicas y políticas, creado por el sistema para, entre otros objetivos, mantener la dominación de clase por parte del imperialismo y lacayos burgueses locales, y mantenernos enajenados para que no podamos pensar y actuar a favor de nuestros intereses. Una persona con adicciones no puede ser un revolucionario. Sus capacidades están mermadas. No puede formarse y mucho menos enfrentar los retos que pondrán las fuerzas de seguridad del Estado. Esta es una estrategia cuidadosamente diseñada por el sistema para neutralizar y desactivar los movimientos revolucionarios (Politics of Heroin, de Alfred McCoy). El imperialismo utiliza las drogas para pacificar y descarrilar el avance de las luchas sociales y enajenar a la juventud, que son la fuerza más capaz, dispuesta y con potencial revolucionario para luchar en contra del sistema capitalista. Solo un movimiento con una disciplina y perspectiva revolucionaria comunista es capaz de detener el consumo y uso de droga que es veneno para nuestra juventud y nuestras familias.
Finalmente, no podemos dejar de mencionar los feminicidios. En lo que va de año, ya van seis feminicidios en nuestro país. Seis mujeres trabajadoras, asesinadas por la violencia machista. Esta violencia aprendida surgida del sistema patriarcal capitalista despiadado que ve en la mujer un objeto de su pertenencia, no se elimina con declaraciones de estados de emergencias sino viene acompañado de una educación a todos los niveles sobre la equidad y perspectiva de género, prevención y activismo a favor de una sociedad igualitaria entre los hombre y las mujeres que solo se logra en un sistema comunista.
Hacemos un llamado a la clase trabajadora a seguir en la lucha contra el sistema capitalista explotador, racista, machista, homofóbico. Solo la perspectiva de la clase trabajadora y la lucha por el comunismo nos librará de la explotación. ¡Que viva el comunismo! ¡La clase trabajadora no tiene frontera! ¡Todo el poder a la clase trabajadora!
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