La farsa del proceso electoral parlamentario burgués y sus consecuencias reformistas

Como comunistas revolucionarios nos reafirmamos en el proceso revolucionario y no podemos creer en el engaño y la trampa reformista con participar en un proceso donde cara o cruz el sistema  capitalista gana  y los trabajadores pierden. El problema fundamental es determinar si la participación electoral ayuda a adelantar o a retrasar la lucha revolucionaria.

A pocos meses de que se celebren las elecciones generales en Puerto Rico, con una Junta de Supervisión Fiscal que tiene más poder que la gobernadora no electa, en medio de una crisis de salud por el Covid 19 de proporciones pandémicas, con una demostración tan errática del gobierno y con visos nuevamente de corrupción, no ha habido un momento más claro en nuestra historia para entender la inutilidad de resolver los conflictos de la clase trabajadora a través de procesos electorales burgueses. Nunca hemos sido ni seremos creyentes ni partícipes en el proceso electoral burgués. Como comunistas revolucionarios nos reafirmamos en el proceso revolucionario y no podemos creer en el engaño y la trampa reformista con participar en un proceso donde cara o cruz el sistema  capitalista gana  y los trabajadores pierden. El problema fundamental es determinar si la participación electoral ayuda a adelantar o a retrasar la lucha revolucionaria.

El proceso electoral parlamentario burgués crea falsas expectativas y promesas vacías. Líderes con retórica socialista y progresista, con política demagógica reformista, prefieren poner su fe en la lucha electoral, en vez de la fuerza de la clase trabajadora. Esta política elitista, ignora deliberadamente el papel que desempeña el estado burgués y sus instituciones represivas, jurídicas, policiacas, militares y medios de comunicación capitalista. No se puede creer en la social democracia o democracia burguesa. Cada vez que se ganan elecciones con un supuesto líder “socialista” o mal llamado progresista, le abre las puertas al sector ultra derecha y aleja la clase trabajadora de su objetivo, que es la toma del poder, y como consecuencia  trae la apatía, el cinismo y allana el camino al fascismo.

A través de la historia hemos sido testigos de la traición de parte de los sectores reformistas pacifistas. Ocurrió en la Primera Guerra Mundial,  en particular en Alemania con la Segunda Internacional. También en la URSS (Rusia) con Nikquita Kruschev, padre de la coexistencia pacífica, lo que trajo como consecuencia de su política exterior la derrota de  Salvador Allende en Chile y la Unidad Popular, que dejó el saldo de miles de muertos, cientos de miles encarcelados y otros miles desaparecidos. Así las cosas, siguió abriendo puertas a políticos reformistas como  Bishop en Granada, Aristid en Haití, el FFMLN en El Salvador, Lula en Brasil, Chaves y Maduro en Venezuela, Mandela en Sur África, Pepe Mujica, en Uruguay, y el más reciente caso en Bolivia, con Evo Morales.

¿Qué tienen en común estos individuos, organizaciones  y partidos políticos? La falta de confianza en la capacidad de la clase trabajadora. Una retórica ambigua,  a veces pacifista y otra veces radical, cuando les conviene, política de bancarrota y promesas vacías recicladas cada cuatro años.  Estas organizaciones le dan una sola opción de lucha al pueblo trabajador. Les piden que ejerzan su derecho a votar cada cuatro años para  ellos, los politiqueros electos, encargarse de lo demás (política elitista). A cambio de un “voto inteligente”, y a sabiendas que no pueden cumplir sus falsas promesas, quieren convencer a la clase trabajadora de que entreguen sus armas más poderosas: el derecho a la protesta, a la desobediencia civil, la huelga, y a la auto defensa, entre otras, en fin, que entreguen la lucha de clase, consciente, militante y revolucionaria a cambio del pacifismo legalista y promesas vacías.

¿Qué provocó en Puerto Rico que el ex gobernador, Ricardo Rosselló, renunciara? ¿Los votos o la gente en la calle? ¿Qué queremos, lucha pasiva o lucha militante? ¿Cuáles nos dan mejores resultados? Estos politiqueros oportunistas son los que critican y criminalizan la lucha. Lo vimos con las críticas contra los encapuchados. Le hacen eco y coro a los medios de comunicación propagandísticos patronales. Colaboran con el estado represivo y criminalizan la lucha del sector más militante de nuestra sociedad. Reconocemos que hay personas entre las filas de las protestas que son aventureros, radicales y no todos son provocadores del estado, pero aún así no podemos criminalizar y abandonar las luchas militantes a cambio del voto y el pacifismo legalista pequeño burgués. Nuestro deber es concienciar, elevar el nivel de conciencia de rebelde a revolucionario.

Los únicos medios de lucha que el sistema jurídico colonial ofrece son las elecciones y métodos legales. Estos políticos que vacilan entre los dos bandos, el centro y la izquierda, con su ambigüedad reformista, retórica demagógica y fraseología izquierdista, confunden y se prestan a las calumnias y chantajes anticomunistas. Vemos como algunos sectores oportunistas de izquierda, en vez de avanzar la lucha revolucionaria lo que hacen es atrasar la lucha con sus posturas acríticas, neutrales y ambiguas. Son cómplices del sistema colonial capitalista. En vez de desenmascarar a estos políticos oportunistas, se prestan a hacerle bulto y coro en el nombre de la unidad y el populismo, sacrificando así sus “principios” políticos. Estos políticos ofrecen promesas que saben que no pueden cumplir. Sus políticas son elitistas y derrotistas. La función social que desempeñan estos parásitos politiqueros es pacificar, neutralizar, desactivar y crear confusión dentro de las filas de los activistas más militantes y dispuestos a luchar. Prefieren poner su fe en un sistema basado en la desigualdad, en la explotación patronal capitalista y en la mentira de la democracia burguesa de que se puede coexistir pacíficamente sin antagonismo de clase en esta sociedad.

Hemos visto ahora, con la crisis existente del Covid 19, la derrota de la moralidad hipócrita capitalista con la propuesta a la clase trabajadora de regresar a trabajar “en nombre de Puerto Rico”, (suicidio para los trabajador@s) mostrando así que el sistema de ganancias es más importante que las vidas de los trabajador@s. Nos  piden que sacrifiquemos nuestras vidas en medio de una pandemia, sin importar si tenemos seguro médico, mascarillas o guantes, poniendo nuestras vidas o la de nuestros  familiares en peligro para salvar un sistema inepto, degenerado, corrupto, racista, machista y explotador como lo ha demostrado la crisis actual. Estos políticos creen más en la falacia de la democracia burguesa y no entienden, o prefieren no entender, por razones de comodidad económica y política, el papel del estado capitalista y sus instituciones. Les es más cómodo o conveniente no antagonizar con el sistema del cual se lucran y viven relativamente cómodos, y optan por cambiar el sistema desde adentro con elecciones y reformas. De esta manera preservan sus intereses de clase pequeño burguesa.

Estos reformistas, quienes están al servicio del capital criollo de forma directa o indirecta, les sirven de válvula de escape al sistema capitalista e imperialista. Sus victorias electorales no son duraderas y de sus derrotas emanan la  apatía, el cinismo y el pacifismo. Atrasan la lucha en vez de adelantarla. Se conforman con migajas y reformas economicistas, que eventualmente serán reconquistadas, ejemplo La Reforma Laboral y pérdida de pensiones robadas a los trabajadores por los patronos (capitalistas). El ejemplo lo hemos visto además en Bolivia, con el Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales y su política de retórica reformista, y luego sus consecuencias con un golpe de estado instalando allí un sistema represivo fascista. 

Aquí en Puerto Rico lo vemos ejemplificado con Victoria Ciudadana y el Partido Independentista Puertorriqueño, organizaciones “progresistas”, intentando acaparar el descontento del pueblo (asambleas de pueblo) como alternativa a las luchas populares en las calles el verano pasado (2019), que con retóricas izquierdistas y populistas crean falsas expectativas -y desafortunadamente muchas personas caen víctimas de estas falsas promesas- de que se puede resolver el conflicto de clase pacíficamente dentro del marco de esta sociedad, perpetuando así el sistema de explotación.

Si hay algo que ha quedado demostrado con la pandemia es la hipocresía moral del sistema  capitalista. Lo primordial, lo más importante para el sistema patronal es la salvación del sistema de ganancia capitalista y mantener a la clase trabajadora en esclavitud asalariada a costa de los trabajadores, con su política de austeridad mal llamada política neoliberal, que no es otra cosa que el neofascismo. El capitalista, con sus políticas machistas y racistas, se lucra y divide a la clase trabajadora con la división de género y el racismo, obteniendo miles de millones de dólares en ganancias con la diferencia asalariada pagándole así menos a las mujeres y a personas de tez oscura (racismo y mano de obra barata), sometiendo así a la mujer a la super explotación y hostigamiento, acoso sexual como parte de una estrategia para fragmentar, dividir y conquistar a la clase trabajadora.

Mientras los comunistas quieren erradicar el sistema de explotación en su totalidad, el único interés del capitalista, sus patronos y alcahuetes lacayos es seguir engañando con la retórica reformista electoral; seguir explotando a la clase trabajadora para sus ganancias. No les importa si se contagian con el coronavirus, si tienen mascarillas y guantes, si viven o mueren.

La  moral Comunista, en cambio, es superior a la hipocresía inmoral capitalista de estos políticos oportunistas. Uno valora la vida,  (el comunista),  el otro, (el capitalista), el dinero y el sistema de ganancias sin importarle la vida de los trabajador@s. El comunista se destaca luchando contra la explotación, contra el engaño de las elecciones, y lucha contra el racismo y el machismo. Vemos la lucha desde una perspectiva revolucionaria y de clase, y sabemos quiénes verdaderamente son los que producen la riqueza: la clase trabajadora. En una sociedad comunista la preservación de la vida va por encima del sistema de ganancias, de la división de género y no hay división de raza o de nacionalidad (creaciones capitalistas). ¡Esto es moral comunista!

Nuestro deber como comunistas internacionalistas debe ser: apoyar a todas las luchas de nuestra clase trabajadora en nuestro país y en el mundo; luchar por lograr la revolución comunista donde quiera que haya explotación; organizar, agitar, educar, llevar la ciencia de la ideología del marxismo-leninismo (materialismo histórico dialéctico) hacia  la clase trabajadora y adelantar nuestra lucha sin tregua; señalar y desenmascarar las contradicciones del sistema capitalista y no caer en el oportunismo de izquierda o populismo liberal, ni en el juego de estos politiqueros reformistas que le hacen el trabajo sucio al capitalismo.

Las elecciones son una farsa. El sistema capitalista queda intacto independientemente gane quien gane. Cara o cruz la clase trabajadora pierde. El único voto inteligente es no votar y nuestro deber es luchar militantemente contra este sistema patronal capitalista. Debemos organizarnos diariamente en nuestros trabajos contra los patronos, en las escuelas, en las universidades, en las comunidades, en el campo. No esperar cada cuatro años ni depender de ningún politiquero que nos diga cuándo y cómo debemos luchar. La historia nos ha demostrado que los capitalistas (patronos) no rendirán el poder político y económico sin una batalla hasta la muerte.

Nosotros, los comunistas, tenemos la razón moral y fuerza disuasiva para convencer a la clase trabajadora que siga nuestro camino revolucionario (porque somos la clase trabajadora) en vez del camino de las elecciones reformistas burguesa. Nuestra lucha es la justicia social. El capital es producto de un esfuerzo colectivo y los trabajadores somos quienes producimos las riquezas  y somos mayoría. Tomemos la ofensiva, el capitalismo está en su peor crisis desde la Gran Depresión y Segunda Guerra Mundial. Aprovechemos esta gran oportunidad. Por supuesto, cuidándonos del coronavirus/coloniavirus y luchando contra el peor de los virus: el sistema capitalista.

¡Abolir la esclavitud asalariada! ¡Neoliberalismo es igual a neofacismo! ¡La clase obrera no tiene fronteras! ¡Qué viva el comunismo y el internacionalismo!

Definiciones (tomadas de Internet, https://es.thefreedictionary.com/)

Proceso parlamentario– Sistema político de origen británico, en el que la creación de los gobiernos y la formulación de leyes parten del parlamento, órgano de representación de intereses.

Reformismo– Doctrina o movimiento de revisión del marxismo, creado por Bernstein (1850-1932). Considera que el paso al socialismo debe realizarse a través de reformas paulatinas y utilizando los canales de la democracia burguesa, especialmente la vía parlamentaria.

Neoliberalismo– Tendencia política basada en el liberalismo, que concede al estado una intervención limitada en los asuntos jurídicos y económicos. Doctrina favorable a la renovación del liberalismo que impregnó las políticas económicas de algunas naciones occidentales durante la década de los 80. El principio orientador del proceso de reformas neoliberales es la reducción del protagonismo económico del Estado.

Fascismo– Movimiento político y social de carácter totalitario y nacionalista fundado en Italia por Benito Mussolini después de la Primera Guerra Mundial.

Neofascismo– Tendencia política basada en los principios de la doctrina fascista histórica.

Populismo– Se denomina ‘populismo’ a diversas realidades, propuestas y estrategias políticas, económicas, sociales y culturales, que proponen defender los intereses generales de la sociedad a fin de alcanzar el bienestar común de los ciudadanos. Estas propuestas pueden derivar tanto de representantes de partidos políticos de derecha, ultraderecha o de izquierda. De allí que, como tal, no existe un movimiento político autoproclamado como populista, ya que esta postura puede surgir de cualquier tipo de agrupación política.

Socialdemocracia– Movimiento político que propugna una reforma de las estructuras sociales y políticas capitalistas. Concede el máximo valor a la lucha parlamentaria como instrumento para el logro de sus fines; rechaza la violencia y la acción que salga del marco legal. Constituye el sector socialista más reacio a la alianza con los comunistas, y más propenso a la política de gestión de la sociedad del capital monopolista.

Segunda Internacional– La Segunda Internacional fue una organización formada en 1889 por los partidos socialistas y laboristas que deseaban coordinar su actividad. A diferencia de la Primera Internacional no existía un Consejo General que la dirigiera, sino que los partidos eran independientes (que no dependían de nadie) para aplicar la política que decidieran en sus respectivos Estados. Luego hubo una Tercera Internacional, organización comunista internacional fundada en Moscú el marzo de 1919, por iniciativa de Lenin y el Partido Comunista de Rusia (bolchevique), que agrupaba a los partidos comunistas de distintos países. Su objetivo era luchar por la supresión del sistema capitalista, el establecimiento de la dictadura del proletariado y de la República Internacional de los Soviets, la completa abolición de las clases sociales y la realización del socialismo, como primer paso a la sociedad comunista, como fijaba en sus primeros estatutos.

3 comentarios sobre “La farsa del proceso electoral parlamentario burgués y sus consecuencias reformistas

  1. Hago los siguientes comentarios con el objetivo de promover la discusión sobre el reformismo de izquierda. La discusión entre comunistas sobre este asunto no es nueva. Hay escritos de Lenin, Rosa Luxemburgo y otros sobre este tema. Sin embargo, tengo la impresión de que esto se ha discutido poco en la llamada izquierda puertorriqueña. Pienso que este es un tema que necesitamos discutir para evitar caer en lo que llamo “la trampa del reformismo simpático de la izquierda”. Los siguientes comentarios surgen como una reacción a este escrito publicado en el blog De Rebelde a Revolucionario. Confieso que aunque estos comentarios reflejan mis pensamientos, tengo dudas que espero poder aclarar mediante la discusión fraterna.

    1. Al leer el escrito me pareció que proyecta una visión de mundo de que todo es negro y blanco y no existen áreas grises. No se consideran otros aspectos del reformismo. No creo que todo líder reformista es un oportunista. Muchos de los lideres reformistas creen en el cambio social, son críticos del capitalismo, confían en la clase trabajadora, y promueven cambios que favorecen a la clase trabajadora. El problema es que no promueven el fin del capitalismo para sustituirlo con una sociedad comunista, o encaminada al comunismo.

    2. Aunque no favorezco el puro reformismo, no veo como algo “malo” el reformismo anti-imperialista. Podemos encontrar en esta postura críticas al capitalismo. Por otro lado, reconozco que un problema del reformismo es que no considera la lucha anti-imperialista como parte de la lucha de clase trabajadora contra la explotación. Se tiende a ver los problemas desde una perspectiva pluriclasista. Esto se refleja en el uso de palabras como nación y pueblo, lo que incluye a los capitalistas criollos. Por lo que se incluye a un sector de la burguesía criolla como parte de la “nación” o el “pueblo”.

    3. Mi postura es que las luchas por reformas son parte de la lucha por construir una sociedad comunista. Como comunista hay que apoyar las acciones que reducen la pobreza, disminuyen la desigualdad, mejora la condición de los trabajadores y trabajadoras y presentan una perspectiva anticapitalista. Como miembro de la clase trabajadora pienso que el comunismo es el camino a seguir, pero no veo todos los reformistas como enemigos de mi clase. Sin embargo, el papel del comunista en las luchas por reformas es distinta al papel del reformista. El papel del comunista es elevar la consciencia política de la clase trabajadora. El comunista favorece estas reformas pero dedica buena parte de sus esfuerzos para demostrar las fallas y contradicciones del capitalismo y la necesidad de caminar más allá de las reformas y plantear la necesidad que la clase trabajadora tome el poder con el propósito de ir construyendo una sociedad comunista.

    4. Los errores cometidos por gobiernos reformistas de izquierda no necesariamente es un reflejo de su falta de compromiso con la clase trabajadora o de un fallo del reformismo. Hasta los países que han tenido gobiernos lidereados por comunistas, como la URSS, han cometido graves errores. No por introducir reformas al capitalismo sino por reformar el proyecto comunista para volver al capitalismo. Las reformas al capitalismo pueden ser considerados pasos hacia adelante, en términos de las condiciones de vida de la clase trabajadora, mientras las reformas soviéticas del socialismo son pasos hacia atrás.

    5. Si vemos nuestras propias historias personales para llegar a nuestra postura actual de comunista, la mayoría estuvimos en un momento dado apoyando una postura nacionalista, antiimperialista y reformista. Apoyamos reformas que benefician la clase trabajadora, y hasta medidas aparentemente socialistas. El reformismo y el nacionalismo fue como una escuela. Hay quienes no se gradúan, y continúan con el reformismo como finalidad y otros(as) se gradúan y pasan a ser comunistas. Si hay un sector cuyos miembros tienen una mayor probabilidad de moverse hacia posturas comunistas es en el reformismo, especialmente el sector reformista que se autoproclama socialista. Nuestro papel como comunistas es promover la consciencia de clase que ha de llevarlos a asumir una postura comunista.

    6. Un ejemplo de “reformismo” fue la lucha de los/las trabajadores/as en EEUU que se conmemora el 1ro de mayo. Los comunistas del mundo lo celebramos, no porque se trató de una revolución para cambiar el sistema, sino que fue una acción para lograr el día de trabajo de ocho horas, entre otras reformas de beneficio para la clase trabajadora. Porque fue una lucha en la calle. Las celebraciones comunistas son para recordar actos dirigidos a la toma del poder, la lucha en la calle. Ojalá pudiéramos iniciar una revolución comunista por la via electoral. Pero sabemos que eso es imposible. La dictadura de la burguesía, sea democrática o no, no a permitir que la clase trabajadora tome el poder sobre el estado.

    7. Aunque las reformas al capitalismo están dirigidas a salvar el capitalismo, hay luchas por reformas que benefician a los trabajadores y contribuyen a desarrollar políticamente a los/las trabajadores/as. Los trabajadores van aprendiendo política desde la perspectiva obrera.

    8. Por otro lado, el fracaso o la dificultad de intentos de implantar lo que han llamado socialismo en América, se debe en parte al obstáculo de la férrea oposición del imperialismo estadounidense y la oligarquia nacional. Han tenido que dedicar recursos a contrarestar este fuerte obstáculo. Yo mismo he sostenido la posición de que los llamados gobiernos progresistas no han sido lo suficientemente radicales en cuanto a las medidas que han implantado. Pero a la misma vez considero el hecho que hasta las reformas son consideradas como medidas peligrosas para los intereses del capital estadounidense y transnacional, la burguesía nacional y la elite militar. Imaginemos como será cuando tratemos de implantar medidas comunistas.

    9. Llegar a controlar el estado y el gobierno es una actividad compleja que requiere sobrepasar múltiples obstáculos externos e internos. El gobernar con medidas progresistas en el contexto de un mundo capitalista globalizado, donde hay una alta concentración a nivel mundial del poder económico, militar, político y social de la burguesía trasnacional es más difícil aún. El lograr cambios fundamentales en un país en este contexto, es poco probable. Pienso que hay que tomar esto en cuenta cuando analizamos las medidas implantadas o no implantadas por gobiernos progresistas en países con estados débiles.

    10. Todo este argumento me lleva al párrafo sobre los lideres políticos “progresistas” en América. En sus respectivos países estos líderes han implantado medidas que han logrado reducir la pobreza, reducir la desigualdad, asumir posturas anti-imperialistas, favorecer a los trabajadores y las poblaciones originarias e incrementar la participación política de los trabajadores/as. Yo siendo trabajador prefiero un pájaro en mano a mil pájaros volando. En ese proceso me daré cuenta que debo buscar los voladores, aunque mientras tanto necesito mejorar mi vida de inmediato.

    11. Sobre los llamados gobernantes o líderes “reformistas” mencionados en el trabajo, para no sobre extender mis comentarios, voy hacer referencia a tres de ellos, Bishop, Mujica y Chaves. En cuanto a Bishop, conozco algo sobre lo que pasó en Grenada, por un compañero economista jamaiquino quien colaboró con Bishop y quien tuvo que salir de emergencia ante la debacle, me contó su experiencia.. Aunque el movimiento Nueva Joya de Bishop no se autodenominaba comunista. hubo comunistas en su liderato. En las transcripciones de algunas reuniones del Comité Central, publicadas por el New York Times, aparecen expresiones de personas que se consideran marxistas leninistas. Y utilizan la palabra camarada. En un manifiesto de Nueva Joya aparecen las medidas que implantarían, que incluye nacionalizaciones, asegurar a toda familia una vivienda, fortalecimiento de sindicatos, reorganización gubernamental para incrementar la participación de las comunidades, entre otras. Por otro lado, Mujica tampoco es comunista, pero su estilo de gobernar y de vida se parece más a lo que esperaría de un líder comunista que los estilos de ciertos líderes llamados comunistas. También implantó medidas reformistas que favoreció a los menos favorecido en Uruguay. Se logró la mayor reducción de desempleo, pobreza y desigualdad en la historia de Uruguay. También hubo significativos aumentos del salario mínimo. El Partido Comunista fue parte del Frente Amplio de Uruguay, pero se convirtieron en la oposición estando afiliado al Frente. Chavez, por otro lado, tampoco era comunista, y aunque su socialismo del siglo XXI no es comunismo, es realmente un reformismo anti-imperialista y nacionalista, reconozco que sus reformas han favorecido a los trabajadores y ha ampliado la participación política. El gran fallo de estos lideres “progresistas” fue el no iniciar un proceso para eliminar la propiedad privada. Se quedaron en el reformismo, aunque sus reformas beneficiaron a la clase trabajadora. Eliminar la propiedad privada de los medios de producción es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Pero es necesario hacerlo si al fin queremos acabar con el capitalismo.

    12. Reconozco que mi argumentación es contradictoria. Por un lado podría decirse que no me opongo a las luchas reformistas y por otro lado critico que estas reformas no resuelven el problema fundamental, la existencia de un sistema basado en la explotación de seres humanos, el sistema capitalista. No se si es el pequeño burgués que habita dentro de mi o el comunista que contradictoriamente también habita en mi, pero se me hace difícil ver las cosas en blanco y negro y descartar las áreas grises. Quizás es por mi trasfondo académico. Lo que sea, esto resume como ahora veo el reformismo. No esta escrito en piedra. Puede ser que cambie de parecer. Intereso recibir criticas sobre lo que he expresado en estas anotaciones.

    Pedro J. Rivera Guzmán

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    1. Respuesta a la farza del proceso electoral por Christian Mayans.

      No tengo duda alguna que el reformismo no conducira a un pais, colonia, o semi-colonia a su liberación. Se sabe que para derrocar el estado capitalista el sector de los trabajadores ( el pueblo en el caso de Puerto Rico) tiene que tomar total control de el estado atravez de un revolucion socialista y establece la dictadura del trabajador para extinguir todas las tendencias y politicss capitalistas; periodo y lucha que se extiende aun despues de triunfo de la revolucion.

      Mi pocision es que me opongo completamente a la critica no constructiva, y mucho menos hacia nuestros paisanos, nustros hermanos y hermanas boricuas. ¿Acaso ay que pensar que estos politicos no piensan que sus ideas son las mejores posibles para mejorar las condiciones de nuestro pais? ¿ Por que ponernos en una posicion de contra atacke? ¿ Dicha, posicion no nos hara ver , ante el pueblo, como los mismos politicos que se suele criticar en este articulo? Entonces , tenemos que crear una forma de lucha unica , pertenecientes a nuestra historia pasada y corriente. Tenemos poner nuestras fuerzas en otra forma de lucha, que en vez de perpetuar el discurso de los actuales politicos, garantize esperanza y sentido de union a todos los Puertorriqueños.

      Entonces debemos poner los pies en la tierra. Con eso dicho, creo que exigir que nadie vote para asi avanzar el proceso de la revolucion es pura fantasia, ya que debido a las condiciones materiales de nuestro pais es una propuesta imposible de materialisarze. Dicha posicion va encontra en lo propuesto por los comunistas.

      Todos los paises llevara acabo su revolucion de diferente manera ya que en todo los paises las condiciones historicas son diferentes. No tiene que ser un guerra estricta mente militarizada, ¿Acaso una revolución solo es llevada acavo por un sector de su respectiva sociedad? . Es imposible, alcanzar la revolucion sin unir todos los sectores productivos de nuestra sociedad. Los intelectuales, artistas, obreros , campesinos (y los no trabajadores en el caso de Puerto Rico.

      En conclusion, debo de decir que no se Boriquen es unica , con una mujer y culutura hermosa. Debemos utilizar los que ya tenemos, lo que nos han regalado nuestros ancestros para conquistar los cielos. ¡Paz o Muerte, venceremos!

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