Atando cabos sueltos: pandemia del shock

Ante la crisis humanitaria que vivimos y la expansión continua del Coronavirus alrededor del mundo, los medios de comunicación diariamente fomentan la tensión e histeria. Nos bombardean de estadísticas de contagiados y muertos. Pero muy poco se ha hablado del origen de esta pandemia y cuál es el contexto de donde surge. La información oficial señaló el brote de la pandemia en China, en la ciudad comercial de Wuhan. En un principio se atribuyó a la poca higiene gastronómica en el mercado de mariscos de Wuhan y al consumo de animales como murciélagos o una conexión con este último y un intermediario. Sin embargo, la misma Organización Mundial de la Salud desmintió ese origen del brote.

La desinformación y la ausencia del periodismo investigativo

Más adelante, salieron los rumores de que el virus escapó del instituto de Virología de Wuhan, de una subsidiaria de la estatal Academia de China (CAS), donde científicos llevan a cabo investigaciones de virus, en un laboratorio con el nivel más alto de contención biológica del continente desde el 2003. De esta manera se entró en el terreno e intrigas de las conspiraciones. No obstante, Francis Boyle, de la Universidad de Illinois y reconocido virólogo especialista de la ley internacional, declaró que el Coronavirus es un arma de ofensiva de guerra biológica.¹ En ese momento los medios de comunicación globalizados ignoraron esta información. Aparte de noticias y el periodismo independiente, se continuó una campaña por los principales medios oligopólicos para culpar a China del brote. Hasta el día de hoy el presidente Trump lo bautizó como “el virus chino”. Por otro lado, en las redes sociales y en diversos medios sigue lloviendo una oleada de desinformación, especulación y conspiración. Pero tenemos que hacernos una pregunta clave: ¿Dónde está el periodismo investigativo? Y esta pregunta es, también, dirigida al periodismo de izquierda. Hoy más que nunca las personas necesitan saber qué hay detrás de estos hechos y quiénes son los responsables.

El estado de shock

Las personas se encuentran en estado de shock. Todavía están interiorizando esta nueva realidad, tratando de sobrevivir a los despidos, al cobro de rentas y deudas, al sustento de la familia sin ingresos, a una cuarentena impuesta y a un sistema capitalista cada vez más salvaje, en donde no existe seguridad social y sistema de salud alguno. Es un sistema que prima el capital sobre la vida humana. Ante esa realidad las personas se encuentran más susceptibles a aceptar cualquier medida represiva que impongan los gobiernos, en el nombre de la crisis humanitaria. Por consiguiente, las personas al encontrarse tan vulnerables y al estar continuamente bombardeados por los medios, no le permiten analizar el panorama general que estamos viviendo en estos momentos.

El contexto Internacional en la Geopolítica Imperial

Es importante entender el contexto que estamos viviendo para luego hacer una lectura y análisis concienzudo. La pandemia no debe ser el enfoque, ese es parte de la dosis del shock que recibimos. Concentrémonos en el marco general. Actualmente, estamos presenciando una lucha imperialista entre varias potencias por la supremacía hegemónica de la economía y geopolítica global. Los protagonistas principales son Estados Unidos y China. Luego de la caída de la Unión Soviética (URSS), EE. UU. se convirtió en el país hegemónico del mundo y la única superpotencia mundial. Por mucho tiempo el mundo que conocemos se caracterizó por la unipolaridad de EE. UU. Sin embargo, esa realidad ya cambió. En esa lucha imperial capitalista por los mercados, China ha emergido como una potencia mundial en ascenso, seguida por Rusia. En China actualmente se produce el 40% de la manufactura del mundo. Su desarrollo tecnológico es sin precedentes y se ha convertido en el país prestamista más grande del mundo. La llamada “Nueva Ruta de la Seda”² ha usado la estrategia geopolítica económica para penetrar en las economías del mundo, a través de préstamos e inversiones en infraestructura de países, desbancando en la explotación usurera a organizaciones como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Estas últimas, organizaciones que responden a EE. UU. y endeudan a los países más pobres y explotados del mundo.

No obstante, Estados Unidos, en su guerra económica con China, ha contraído una deuda de 1,059 billones de dólares, según Forbes, en el 2017.³ Ante esto, China se fue adelante en la guerra tecnológica del 5G y ha penetrado tanto en el mercado de la Unión Europea, África, Asia y en América Latina. Por otro lado, Rusia se ha levantado, ha fortalecido su hegemonía en Eurasia y está en camino de convertirse en una potencia político-militar. Además de su poderío militar, ha desarrollado casi una economía autárquica (economía autosuficiente), debido a las constantes sanciones y bloqueos de Estados Unidos.

En el Medio Oriente, región donde las potencias capitalistas han intervenido y dividido por sus recursos petroleros, países como Irán resisten y defienden sus recursos del imperialismo estadounidense. No obstante, todo esto muestra que dejamos de vivir en un mundo unipolar y pasamos a un mundo multipolar en donde varias superpotencias luchan por controlar, influenciar y explotar los recursos naturales de los países más pobres. Por consiguiente, presenciamos guerras económicas a consecuencia de la rivalidad interimperialista. Ya la era de EE. UU. como único líder de la explotación del mundo acabó. Lo que hemos estado presenciando y sufriendo es la fase superior del capitalismo, que es el imperialismo, como diría Lenin. Ante eso, cuando un imperio va en decadencia, como es el caso de EE. UU., es cuando más peligroso es. Este es el contexto que vivimos, el que hay que analizar. Y nosotros, la clase trabajadora, los desposeídos y nuestros países somos parte de la explotación y guerra imperial de las potencias. En nuestro caso, en Puerto Rico hemos sufrido en carne viva la explotación capitalista colonial por EE. UU. durante 122 años.

Cronología de eventos: antes, durante y después de la pandemia

Hay una cronología de eventos que han sido reportados y articulados por diversos medios, que valen la pena analizar y que fueron antes y después del brote, pero que no han recibido la debida atención, cobertura y análisis. ¿Por qué será? Mencionaremos algunos de los más significativos los cuales arrojan mucha luz a la situación que el mundo vive hoy:

El primero de los eventos más impactantes fue el cierre del conocido Laboratorio de biodefensa Fort Detrick, ubicado en Maryland (EE. UU.). Este laboratorio desde 1943 al 1969 fue el principal laboratorio de armas biológicas de EE. UU., hasta su cierre. Realizaba investigaciones públicas y privadas sobre algunas toxinas y agentes patógenos más peligrosos del mundo como el ébola, el ántrax o bacterias responsables de la peste. Tras una inspección en junio del 2019, el Centro de Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) emitieron una orden de cese al laboratorio de defensa. Las investigaciones eran dirigidas por el instituto de Investigación Médica de Enfermedades Infecciosas del Ejército (USAMRIID, por sus siglas en inglés). Este fue cerrado porque las instalaciones no cumplían con los estándares de bioseguridad y en el 2009 había sido suspendida sus operaciones por tener patógenos que no constataban en su inventario. En otra ocasión se supo que el principal sospechoso de los ataques con ántrax en 2001, Bruce Ivins, era investigador de dicha institución. Este se quitó la vida poco antes de ser acusado por el FBI. Cuando la CDC cerró este laboratorio en junio pasado no pudieron proporcionar muchos más detalles por “razones de seguridad nacional”. Esto fue reseñado por el New York Time y el Frederick News Post.⁴
Unos señalamientos que hicieron diplomáticos del gobierno Chino, entre ellos el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian, acusaban que el origen de la pandemia, si apareció en Wuhan, fue porque llegó allí a través de los juegos Mundiales Militares que se celebraron del 18 al 27 de octubre de, precisamente, en Wuhan. Esta acusación fue difundida, incluso, por cadenas como la CNN. Es claro que no se puede tomar como data o evidencia. Simplemente, son deducciones como parte de las acusaciones que se hacen de ambas partes. Es la palabra de los beligerantes en juego. Sin embargo, un dato muy curioso y sospechoso es el hecho de que en estos juegos, en los que participaron 9, 603 deportistas militares, de 104 países, con 27 pruebas y 316 eventos, varios estadounidenses fueron hospitalizados por una “extraña neumonía.” También, se había difundido en medios chinos esta noticia.⁵
Otro evento importante fue una comparecencia el 11 de marzo de 2020 que tuvo que hacer el Director de la CDC, el Dr. Robert Redfield, donde tenía que hacer un informe ante el Comité de Supervisión de la Cámara sobre lo que la agencia había investigado del virus. Redfield reconoció que algunos estadounidenses que parecían haber muerto de gripe mucho antes de la pandemia, fueron detectados con el nuevo Coronavirus en un diagnostico post mortem.⁶
Una noticia muy poco difundida es sobre los primeros casos de contagio en España. Entre el 8 al 26 de marzo de 2020, en la base Naval de Rota, en Cádiz, se contagiaron un marinero estadounidense y un suboficial de la armada española. Es importante destacar que en esa base compartida, militares españoles habían mostrado un malestar por el hecho de que el personal norteamericano estuviera sometido a menores restricciones que el personal español. Según el diario El País, los españoles militares tenían prohibido cualquier actividad deportiva en el recinto, mientras que los estadounidenses no tenían ningún tipo de restricción. Esto fue en medio del estado de alarma que había hecho el gobierno español en esos momentos.⁷
Este evento es sin duda uno de los más impresionantes, pero igualmente poco difundido por la prensa internacional. Para mediados del 3 de marzo, en medio de la pandemia en Europa, EE. UU. desplegó a 20,000 militares estadounidense, junto a otros 13,000 militares norteamericanos residentes en Europa y otros 7,000 militares europeos, en el Ejercicio Europa 20. En total, unos 40,000 militares, incluida la OTAN, junto a numerosos civiles. Esto se hizo en el momento cuando Italia se convirtió en el epicentro del Coronavirus, después de China. En este ejercicio se incluyen uniformados de Italia, España, y Alemania, los tres países que son los más afectados por el Coronavirus en Europa.⁸ Lo más impresionante de este evento es que no se hacía un despliegue de esa naturaleza en la región hacía 25 años. Estos ejercicios llegaron a los puertos de Alemania, Países Bajos, Bélgica y numerosos aeropuertos de Europa. Pero estos ejercicios se estarían realizando entre abril y junio. Su objetivo es la prevención de posibles ataques en Europa. Esto nos conlleva a varios cuestionamientos: ¿Quién va atacar? ¿Quiénes son la amenaza? ¿Cómo es posible que en plena pandemia se despliegue un contingente en un área altamente riesgosa de contagio? ¿Esto es una gran irresponsabilidad, o serán estos soldados inmunes a la pandemia del Coronavirus? ¿Estarán vacunados o ya existe la vacuna? Otro aspecto que resalta es lo subordinado que está Europa a los designios imperiales de EE. UU., que permite este tipo de prácticas en plena pandemia, violando todas las restricciones de emergencia. Vemos aquí cómo el imperialismo norteamericano impone su arrogancia y chovinismo por encima de las restricciones nacionales existentes relacionadas a la pandemia, como si no le aplicaran a ellos. Triste papel es el que desempeña Europa hacia EE. UU., lacayos subordinados completamente a su geopolítica.
EE. UU. anuncia otro gran despliegue militar en estos momentos tan precarios, cuando su país se ha convertido en el epicentro de la pandemia en el mundo. Hay cerca de 753,000 casos de contagio confirmados y siguen en ascenso, aunque se sospecha que debe haber muchos más, y sobre 39 mil muertes.⁹ A modo de ejemplo, en el momento de este escrito, en el estado de Nueva York muere una persona cada 4 minutos a causa de la pandemia y el deficiente sistema de salud en la primera potencia del mundo.¹⁰
En medio del colapso del país, EE. UU. despliega su fuerza naval cerca de las costas venezolanas, con el apoyo de buques destructores, barcos de combate, aviones y helicópteros. Todo esto con el objetivo, según ellos, de “combatir el narcotráfico”.¹¹ Recientemente, el gobierno de EE.UU ha ofrecido 15 millones de dólares por la captura del presidente Nicolás Maduro, acusándolo de “narcotraficante”, al estilo más burdo del viejo oeste. Esta extraordinaria medida es una nueva artimaña y estrategia de golpe de estado. Teniendo en cuenta que la estrategia del autoproclamado Juan Guaidó no funcionó, arremeten con otro nuevo intento. Es importante entender que EE. UU. no busca la “democracia” y mucho menos combatir “el narcotráfico”. Las razones para atacar a Venezuela están en sus enormes riquezas minerales y petroleras, que desde la Revolución Bolivariana en 1998, la oligarquía sometida a EE. UU. no pueden disponer. La pregunta que hay que hacernos es la siguiente: ¿Cómo es posible que en estos momentos de carencia de mascarillas, batas, camas, ventiladores, en hospitales de EE. UU., hay dinero para un intento de invasión militar? Una vez más queda reflejada la naturaleza imperialista de EE. UU., que en búsqueda del saqueo de recursos de otros países, deja morir a su propio pueblo.
Otro hecho completamente ignorado por la prensa globalizada fue el Evento 201. Este fue un simulacro de pandemia y ejercicio de simulación de alto nivel que tuvo lugar el 18 de octubre de 2019 en el hotel The Pierre, de Manhattan, según la agencia Bloomberg, que tuvo acceso exclusivo al mismo. Los participantes fueron banqueros, empresarios de organismos financieros mundiales y altas esferas del gobierno. La idea era explorar cómo mitigar los devastadores impactos económicos y sociales mundiales que resultarían de un brote intercontinental grave y altamente transmisible. El ejercicio se construyó alrededor de un virus ficticio, un coronavirus natural (no muy diferente al SARS o MERS). El ejercicio establecía que el virus habría surgido de los cerdos, según el video difundido por los organizadores del evento, el Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud, en asociación con el Foro Económico Mundial y la Fundación Bill y Melinda Gates. Solo se podía acudir por invitación. Entre los participantes por mencionar algunos estuvieron: Chris Elias, presidente de la División de Desarrollo Global de la Fundación Bill y Melinda Gates, Tim Evans, ex director de salud del Banco Mundial; Avril Haines, ex subdirector de la CIA, Sofía Borges, en representaciones de la ONU; Stanley Bergman, presidente de la Junta y CEO de Henry Schein (un distribuidor mundial de suministro médicos y dentales, incluida vacunas); Paul Stoffels, Director científico de Johnson & Johnson; Matthew Harrington, Director de Operaciones Global de Edelamn (una de las firmas de consultoría de marketing y relaciones públicas más grandes del mundo; Martin Knuchel, jefe de Gestión de Crisis, Emergencias y Continuidad de Negocios de Lufthansa; Hasti Tagh, vicepresidente y Asesor Ejecutivo de la cadena norteamericana NBC y etc.¹² El propósito principal de la simulación fue ilustrar el debilitamiento de las alianzas internacionales y la debilidad gubernamental en la gestión de estas crisis, para así promover y aumentar las asociaciones público-privadas. Este evento realizado fue casi profético, por no decir que luego de esta simulación surgió el brote del Coronavirus en China el 31 de diciembre. ¿Cómo es posible que un evento como éste, con la presencia de la magnitud de estas figuras, no sea más cuestionado en medio de esta situación mundial?
En estos últimos días salió la noticia de que Mark Zuckerberg y Bill Gates, dueños de Facebook y Microsoft respectivamente, y dos de los hombres más ricos del mundo, han decidido unir sus fuerzas para financiar investigación para encontrar una cura contra el Coronavirus. La idea es que se evalúen los medicamentos nuevos y se reutilicen los existentes contra el COVID-19, tras el alto número de casos que se presentan en el país. Por otro lado, tanto Mastercard, Apple y la fundación benéfica Wellcome, en conjunto, han donado un fondo de sobre 130 millones de dólares. Es bien interesante observar esta filantropía de estos ricos y el conjunto de empresas. Más interesante es que Bill Gates, en el programa de Ted, hablaba entonces de que el mundo no estaba preparado para una pandemia. En su charla hacía un llamado a preparase para ello como en una guerra, porque esas eran las nuevas amenazas en el mundo. Esta charla se celebró en el 2015, hace ya 5 años de ésto. Es increíble la capacidad profética de este señor, a quien los medios lo resaltan, continuamente, como un héroe norteamericano y gran filántropo. Además de que su fundación era parte del Evento 201, ahora también está en la carrera de la búsqueda de la vacuna. Son impresionantes los dotes de este señor y estas compañías preocupadas por encontrar la cura.¹³
Unas declaraciones que han pasado desapercibidas por completo, han sido las del reconocido lingüista, filósofo, politólogo y profesor del MIT, el estadounidense Noam Chomsky. De acuerdo a Chomsky EE. UU. necesitaba, imperiosamente, parar y retrasar la locomotora china. Esto para no perder su supremacía mundial económica y su papel de gendarme planetario. Por lo que la CIA, Bilderberg, Israel y demás poderes mundiales habrían acordado estallar una guerra bacteriológica de baja intensidad propagando en territorio Chino un virus de laboratorio, el COVID-19. Una guerra de baja intensidad, porque el virus supuestamente, no afecta a niños ni jóvenes, mano de obra futura y, en cambio, se enfoca en personas mayores, mano de obra inactiva. Porque para la economía capitalista las personas mayores están durando más y son un riesgo. Es por esto que la estrategia estadounidense fue propagar el virus en Wuhan donde el gobierno Chino tiene un laboratorio de investigación biológica del coronavirus, SARS, MERS y ébola. Así tienen la coartada perfecta para echar la culpa al gobierno chino y sobre la hipótesis de un escape o accidente fortuito.¹⁴

A lo mencionado antes, se suma enero como el mes estratégico en el cual se celebra el año nuevo chino, para propagar y generar una parálisis total. Esto afectaría a todos los sectores de la sociedad china. La estrategia no se limita a frenar a China. El siguiente país infectado de importancia es Irán, donde se suelta el virus letal para paralizar su economía, sociedad y que hubiese una posible respuesta de sus fuerzas armadas, sobre todo por el riesgo militar que puede implementar contra Israel. El siguiente enemigo de importancia es Europa, hostil a la administración Trump y sus recetas económicas proteccionistas. Para ello inoculan el virus en la región de Lombardía, Italia, donde gobierna la liga norte de Salvini, líder que apoyó a Putin en su política exterior. También, Italia es escogida como receptor del virus por entablar relaciones comerciales con China en la Nueva Ruta de la Seda. La inteligencia estadounidense sabe que después de Italia, la Unión Europea sufriría un colapso económico global al verse paralizadas sus economías nacionales en su lucha contra el virus.

De acuerdo a Chomsky el esfuerzo titánico de Europa ante esta amenaza bacteriológica dará lugar a una debilidad frontal europea ante el Brexit británico, beneficiando al ministro Boris Johnson, el gran aliado de la administración Trump. Una vez consumida la pandemia paralizadora del planeta, llegará la segunda fase. Control total de la guerra bacteriológica, al poseer desde el primer momento la vacuna global del COVID-19, desde su producción en laboratorios estadounidenses. Luego de la dispersión, el caos sanitario mundial, llegará el orden capitalista, nuevamente. Así, reseteada las economías nacionales, el nuevo valor en alzas se llamará industria química USA, quien a su antojo, venderá patentes a países amigos y, por el contrario, bloqueará farmacéuticos a países enemigos, debilitándolos aún más, y de esa forma presionando a gobiernos hostiles a cambio de las vacunas salvadoras.

Tercera fase: implementación del nuevo orden mundial en el cambio de las relaciones entre países, desaparición de la Unión Europea, desaparición de enemigos potenciales como Irán, Corea del Norte, Venezuela, Cuba, entre otros. Debilitamiento de China continental y Rusia, nuevo patio trasero EE. UU. en Latinoamérica. Globalización planetaria alrededor del nuevo EE. UU. y su poder omnímodo. Estas declaraciones salieron en un reportaje de Telesur.

No es la primera vez que Noam Chomsky hace acusaciones contra EE. UU. y sus acciones imperiales. No obstante, aunque no hay evidencia sostenible sobre esas declaraciones, sorprendentemente, mucho de lo mencionado se está materializando. Por ejemplo, muchos países de la Unión Europea se cuestionan, cada vez más, la viabilidad que tiene éste organismo y, más aún, en medio de la pandemia, cada país sobrevive como puede sin ningún tipo de solidaridad. Por otro lado, la opinión pública y los medios siguen enfocando a China como causante de la pandemia mundial. También, la carrera por la vacuna en EE.UU se está desarrollando de manera acelerada por las grandes multinacionales.

No obstante, han pasado unos hechos que aunque no están trazados por este plan siniestro, son sorprendentes. El virus ha resultado más contagioso y letal de lo que se creía en un principio. No solamente afecta a ciudadanos de la tercera edad, sino, que se ha comprobado según las últimas noticias que ha matado a niños, adolescentes y jóvenes adultos. En resumen el virus no discrimina, pero te lleva más rápido si no tienes un buen seguro médico. China se ha recuperado aceleradamente del brote y ha logrado contenerlo. Su disciplina caracterizada y sus medidas tomadas, han fortalecido su imagen como primera potencia y líder mundial, al igual que Rusia. Por otro lado, nuestro país vecino y hermano caribeño Cuba, aún con el bloqueo económico por EE. UU. y la falta de recursos, nuevamente ha dado un ejemplo de solidaridad, internacionalismo y humanismo, ayudando con el envío de médicos a más de 12 países del mundo, entre ellos China e Inglaterra.¹⁵ Cada vez más son los países que solicitan la ayuda sanitaria de Cuba y China. Cuba también ayuda a muchos países con el antiviral cubano interferón Alfa 2B que se está usando en países como la misma China. Los medios, tampoco difunden mucho sobre este esfuerzo cubano. Recientemente, la misma Rusia socorrió a EE. UU. enviando un avión militar con material sanitario.¹⁶ Tal parece que hubo un búmeran hacia EE. UU. Cada vez más queda cuestionado el liderato mundial de EE. UU. y ha desenmascarado su incapacidad para lidiar con la pandemia. Cada vez más queda reflejado su egoísmo y su obsesión imperialista por saquear los recursos de otros países. En estos momentos queda plasmado que el epicentro del capitalismo, EE. UU., la lucha de clases se puede sentir más que en ningún momento de la historia. Solo se pueden salvar los que tienen el recurso para ser atendidos. Pero el resto de los trabajadores que se han quedado sin trabajos, siguen siendo oprimidos por este sistema capitalista desigual donde las minorías siguen chupando del usufructo y los siguen mirando como diría Marx, como el ejército de desempleados, la reserva que tiene para seguir en su explotación.

Actualmente, 3 millones y medio de personas solicitaron desempleo en EE. UU., la cifra más alta desde los últimos 30 años. El capitalismo está en crisis y en vías del colapso hace mucho tiempo. Sin embargo, siempre vienen las oleadas reformistas para rescatarlo, darle oxígeno y mantenerlo. Siempre vienen algunas migajas que tratan de calmar la ira del despojo y del robo de la plusvalía del trabajador. Siempre viene un nuevo shock que nos mantienen cautivos, sin poder responder en los momentos más apremiantes para las reivindicaciones de nuestra clase trabajadora y desposeída.

Es momento de cuestionar, de investigar, de levantarse contra nuestros verdaderos enemigos que son los capitalistas, las burguesías nacionales, las oligarquías imperialistas, los imperialistas, los colonialistas, los asimilados, los electoreros, los reformistas, los revisionistas, la llamada “izquierda democrática”, los demócratas burgueses, los seudorevolucionarios que se esconden detrás de nombres populistas, los conservadores, los neoconservadores, las derechas, las ultras derechas, las llamadas socialdemocracias, los fascistas, intelectuales burgueses, liberales etc.

Nosotros los trabajadores, los desposeídos, los estudiantes, los campesinos, los maestros, enfermeros, los obreros, los revolucionarios, etc. tenemos una responsabilidad histórica. Hoy estamos presenciando la reconfiguración capitalista mundial en la cual ya no dispone del mantenimiento de una apariencia democrática o de una democracia burguesa parlamentaria, eso siempre fue una ficción del capitalista para mantener en una falsa conciencia a las clases trabajadoras, para que aceptara la ideología de la clase dominante del capitalista. Ya esa burbuja estalló. Sin embargo, nos están manteniendo cautivos con este shock, mientras el capitalismo fascista toma forma y se establece y, más peligroso aún, se normaliza. Ya no nos han dejado más salida. Solo quedan las únicas dos opciones que siempre ha habido; te sometes o luchas. La pandemia es solo parte de la crisis y de esta guerra imperial capitalista. La raíz del problema es el capitalismo, sobrevive porque se reforma astutamente y cuando no lo necesita saca su careta represiva facistoide. La única solución a este problema es la destrucción del sistema capitalista a través de la liberación de la clase trabajadora y la destrucción definitiva de la burguesía. Es luego de ese proceso que la clase trabajadora liderará la construcción de un sistema comunista, en el cual abolirá de una vez por todas las clases sociales, la propiedad privada, la explotación asalariada, la mala distribución de las riquezas, el individualismo, y los males de una sociedad atrasada como el sistema capitalista que hemos sufrido durante tanto tiempo. Seamos radicales en nuestros principios, enfrentemos la raíz del problema. Una vez Karl Marx nos dijo: “Los trabajadores no tienen nada que perder, salvo sus cadenas”. Solo tenemos una de dos: ¡Revolución o Muerte!

Fuentes adicionales:

Un comentario sobre “Atando cabos sueltos: pandemia del shock”

Pedro Rivera dice:

22 de abril de 2020 a las 2:07 pm

La OMS ha cambiado su posición con respecto al origen animal del coronavirus. En su página electrónica, en el documento sobre este virus, publicado el 8 de abril, antes de la fecha de publicarse este escrito en De rebelde a revolucionario, , señala lo siguiente: “Possible animal sources of COVID-19 have not yet been confirmed “”,. De acuerdo a un reportaje de Reuters publicado el 21 de abril, posterior a la publicación de este escrito, la portavoz de la OMS señaló “All available evidence suggests the virus has an animal origin and is not manipulated or constructed in a lab or somewhere else”.

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